jueves, 1 de junio de 2017

Perera, temple y ciencia

Las Ventas, 31/05/17, 21ª de abono. No hay billetes. Toros de Victoriano del Rio, mansos en líneas generales, destacaron 2º y 5º; para Miguel Ángel Perera, López Simón y Roca Rey.

Toda la expectación, se decía, era por ver a Roca Rey, al que se le atribuía el tirón taquillero de los dos carteles en los que actuaba hasta el punto de colgar, en ambos, el cartel de no hay billetes. Y ayer sucedió que con un manso declarado, tercero de la tarde, pero a los que entiende de manera notable,-recuérdese Sevilla-, se presentó en la puerta de chiqueros, después de intentar que allí no llegase el toro, y le hizo una faena vibrante muy en su estilo, muy por abajo –el toro repetía y empujaba la muleta-, en la que consiguió varias series de muletazos y naturales de buen trazo y mano baja. Una estocada entera, pero que tardó en hacer efecto, dejó el premio en una oreja. El sexto, protestón y sin clase, dejó todo en silencio.

Perera, después de una faena correcta a un primero con tendencia a rajarse, demostró en el cuarto que asentarse en la arena hasta el tobillo, citar encajado, enganchar y llevar al toro con un temple exquisito hasta donde te llega la mano está al alcance pocos, de suerte él. Y así paso que a la enclasada embestida de ese cuarto le enjaretó muletazos largos, templados y profundos que devolvieron la mejor versión de un Perera del que nadie se había olvidado, pero al que tampoco parecían echar de menos. La estocada en lo alto dio paso a una merecida oreja.

López Simón dispuso del mejor lote de la tarde, quinto aplaudido en el arrastre, y, a pesar de que su disposición, su ánimo y el anhelo de sentir esos olés que le pusieron en lo alto hace apenas dos años, era distintos a sus anteriores comparecencias, lo cierto es que únicamente pudo saludar la ovación del segundo depués de una faena a menos, rematada de estocada entera.  

Al quinto le empezó la faena de rodillas en el centro del ruedo, rematada con un vibrante pase de pecho que concitó esperanzas. Una ajustada serie de muletazos, dieron paso a una faena en la que no terminó de haber el acople, ni el manejos de las distancias adecuado. Ovación al toro y algún pito al torero concluyeron su actuación. 

Todos se andan preguntando el porqué de ese “nuevo” Lopez Simón. La respuesta, como casi siempre, la tiene el propio interesado.

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