Se anunciaba Talavante en solitario con seis toros de Victorino Martín en Las Ventas y la expectación era máxima, lo que suele ser habitual en estos casos. Otros ya lo habían hecho antes: Andrés Vázquez, Ruiz Miguel, Niño de la Capea, Roberto Domínguez y Manuel Caballero. Todos ellos con mejor suerte. De manera que, con lleno de no hay billetes y la reventa con algo de ambiente, se lidió una corrida de Victorino que no fue nada del otro mundo y a la que Alejandro Talavante le plantó cara, o mala cara, de desigual manera. Al final saludó una sola ovación y se marchó sumido en la decepción y dejando muchas dudas en el ambiente. Cierto es que la corrida no ayudó, que fue muy protestada en general y que el famoso hierro de la A coronada no parece ser lo que era. Otra vez será.
Mi visión de la tarde:
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